Siempre que alquiles un piso o una vivienda debes tener claro cuáles son tus obligaciones, pero también cuáles son tus derechos como inquilino según la reglamentación vigente.
Por lo tanto, si estás pensando en mudarte y alquilar algún inmueble asegúrate de que firmarás un contrato con todas las garantías. Estos son los derechos fundamentales de un inquilino.
En el alquiler de un piso uno de los derechos principales como inquilino es que debes tener prueba escrita de lo que estás pagando. Esto puede ser mediante recibos o si pagas a través de transferencia bancaria puede servir como comprobante el extracto de la misma. Aunque siempre está la posibilidad de que pactes con el propietario la duración del arrendamiento te puedes quedar un mínimo de tres años en un piso alquilado.
Si, por ejemplo, no hubiera quedado estipulado el plazo de duración del alquiler en el contrato que firmaras, se entenderá que ese plazo es de un año. Si transcurrido ese tiempo el dueño necesitara el piso, tiene la obligación de comunicártelo con dos meses de antelación. Si eso es así como inquilino no te quedará más opción que dejar el inmueble.
Después de que hayas vivido los primeros seis meses y por algún motivo tuvieras que dejar el piso en alquiler, la ley establece que lo puedes hacer avisando con 30 días de anticipación. Con el mismo tiempo (seis meses) el propietario podría rescindir el contrato comunicándotelo con 30 días de antelación.
Si esto último ocurriera el propietario te deberá indemnizar con el dinero equivalente a una mensualidad de la renta en vigor por cada año que faltara para terminar el contrato.
Como inquilino tienes derecho a pedir al propietario la reparación de todos aquellos elementos necesarios para conservar el piso en las condiciones de habitabilidad convenidas. Todas esas reformas las debe hacer el dueño sin derecho a aumentar el precio mensual establecido en el contrato, salvo que fuera una rotura causada por ti.
Recuerda también que si cuando finalizas el contrato entregas el piso de alquiler en el estado de conservación que lo recibiste te tienen que devolver íntegramente la fianza. El propietario no puede entrar en tu piso sin tu permiso previo. En ninguna circunstancia lo puede hacer, sólo podría entrar con una autorización tuya o en casos especiales con autorización judicial. En este aspecto la Constitución Española es muy clara. “El domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito”.
Otro de lo que puedes hacer como inquilino según la legalidad vigente es deducirte el importe del alquiler en la declaración de la renta o conseguir una rebaja a cambio de mejoras en el piso. Podrás realizar reformas que no afecten la seguridad de la vivienda siempre y cuando el propietario lo permita por escrito. Además, puedes acordar con el dueño que el pago de la renta (total o parcial) se reemplace, por un tiempo, por el coste de la reforma en las condiciones pactadas.